martes, 29 de marzo de 2011

adsum, domine

Aquí estoy, mi señor,
frente al espejo que refleja
un demonio con mis ojos,
me pregunto, ¿a quién observo?,
quién es el hombre que me mira
con tal furia.

Aquí estoy, mi señor,
en mi cama intranquilo,
mis costillas son prisioneras de manos
que me hunden en petróleo,
me pregunto, ¿quién visita mi sueño?,
quién es el hombre que recrea esta muerte
de utilería.

Aquí estoy, mi señor,
invitando las mareas a mi casa,
quemando álamo para ocultarme,
para que huyan los niños deformes
que saltan por las paredes,
me pregunto, ¿quién envía estas bestias?,
quién es el hombre que me envía hijos
alimentados de sangre.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Nombre

No me llames por mi nombre.
Quédate detenido
como el hombre que mira el paisaje,
como el hombre que no dice palabras
porque las tiene en los ojos,
suspendidas,
lentas como el día que pasa,
sin miedo a envejecer,
eternas como el agua
que pasa de boca en boca
sin dejar de ser transparente,
extensas como el desierto
por donde huyen caminos a esconderse,
intranquilas como el mar que espera
ofrendas de flores y frutas,
con el significado de plantas solitarias
estremecidas por alientos de animales,
por eso, ahora, que somos paisajes desnudos,
te pido que te quedes detenido
y no me llames por mi nombre.

martes, 22 de marzo de 2011

Te maldigo

Yo te maldigo,
porque has pecado contra mí.
Yo te maldigo,
porque me has amado
y has llenado mi boca
con tierra de cementerio.

Nunca tu espalda
encuentre reposo.
Nunca tu vientre
reciba besos de niño.
Nunca más tu frente
se abrigue con mis manos.

Yo te maldigo,
porque me amarraste
con cuerdas hechas de horror.
Yo te maldigo,
porque me he levantado
con las piernas heridas.

Nunca tu boca
encuentre comida ni piedad.
Nunca tu voz
dé órdenes ni comandos.
Nunca tus pies
te lleven al hogar.

Porque si caí, tres veces caerás.
Porque si lloré, tres veces sangrarás.
Porque si te amé, tres veces te cerrarán
las puertas del Edén.

QUE SE CUMPLA.

martes, 15 de marzo de 2011

Invocación

ese es el silencio:
fricción de mar sobre arena,
ese es el silencio con que te acercas,
ominoso,
marejada de verano, desnudo,
y yo pienso:
te presentas como el torturador,
y el chorro no se detiene,
me ahogas,
no entra aire por mi boca, agua,
beso, penetración,
siento que te desarmas y sigues sólido,
porque la ola no se detiene
y me moja
y me deja joven y duro---
entonces, retrocedes
y me quedo con los pies mojados en la orilla,
tengo el muslo erecto
y no sé si fuiste roca o mar
o golpe o retroceso,
no sé,
porque ya estás frente a mí,
rugiendo por tu boca con la playa entera
y dices:
¿esta es tu casa?
sí, te respondo,
el mar no tiene límites,