jueves, 12 de julio de 2007

Apostilla a Cristo Amante

Estos ocho poemas son la continuación de lo mismo. En ellos hubo una persona: M.M. que ahora más bien es un N.N. en mi vida. Da lo mismo. Desde Poemas VIH que no escribía pensando en alguien (sintiendo y no simulando) (teniendo y no imaginando). De todas formas, Christ, the lover sigue siendo mi tabla de salvación, y a una apostilla, seguirá otra y otra. Hay algo más del hieros gamos, un ciclo de Semana Santa, algo dedicado al Sacred Heart y un poemilla un tanto moralista. Como decía E.D. that's all I have to bring today, this and my heart besides.

Sin pan ni peces

Son todos los amantes el mismo.
Sí, todos los cuerpos funcionan igual.
Soy yo mismo, la misma puta, el mismo niño.
Ellos ya pasan sin herir,
sin dejarme,
como pasajeros de Metro,
borrosos como ángeles y cabrones de callejón,
él me usa y yo pretendo también –
que es el amigo que vela mi sueño
pero ja-ja
todos sabemos que es mi culpa/ mi culpa/ mi gran culpa
por eso rogamos
que seas activo, que seas pasivo,
que él quede sucio y yo limpio,
que multiplique los orgasmos, sin dar yo ni pan ni peces,
que no haya agua
sino baba tibia y espesa, que suene
entre los quejidos de esta novena
que se reza empalmado
todos los miércoles en la noche.
Por eso digo que todos los amantes son el mismo.
Soy yo mismo siempre,
la misma puta, el mismo niño.