jueves, 7 de julio de 2005

Pasión y muerte de Cristo (Sanedrín vacío).

Yo me visto con el manto de Caifás
y te pregunto:
¿quién eres?
Te miro y tienes el rostro de todos los hombres,
de todos los amantes.
Pienso en una respuesta
que tiene el sabor de tu piel seca
y de tus manos ásperas.

Pienso:
Di que eres mi amigo, mi hermano,
mi padre y mi esposo.

Pero me respondes:
soy el que te niega tres veces.

Pasión y muerte de Cristo (Beso en los olivos).

Sus manos tenían nudos
hermosos,
como los olivos de Getsemaní.
Yo me acerqué y besé su mejilla.
Yo le dije: Aparte de ti esta copa amarga
y acerca mi boca.
Tus discípulos duermen
y dormirán por siempre en los muros
de tus iglesias doradas.

Si tú eres el Hijo del Hombre,
entonces soy yo tu hijo, tu amante,
tu más querido traidor.

Pasión y muerte de Cristo (Última cena)

Tomad y comed todo de él,
porque él es mi cuerpo,
porque él es mi sangre,
él es la nueva alianza,
él es el nuevo esposo
y la nueva ley del mundo.

Tomad y besad todos de él,
llevadlo a los lechos secretos,
llevadlo a los jardines de olivos,
todos estáis invitados
a la amplia cena de su pecho.

Ahora y en la hora de su muerte.

miércoles, 6 de julio de 2005

madre, hija y esposos sagrados (1)

Si tú fuiste la esposa
- me alegro.
Si tú fuiste discípula
- me regocijo.
Serías la nueva madre de la iglesia.
Serías la nueva iglesia.
Los sacerdotes se casarían contigo
- las papisas
celebrarían el día de tu boda
con las campanas de Roma,
- tú me darías un lugar
en el jardín,
- tú no traicionarías al Cristo
que murió amándote.

María Magdalena
llena eres de gracia
Jesús está contigo
bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto
de tu vientre
y benditas son tus lágrimas
de exilio
y benditas tus palabras
quemadas y despreciadas.

María Magdalena, esposa de dios,
vela por nosotros ahora
y hasta la hora de tu regreso
amén.

madre, hija y esposos sagrados (2)

Morena santa sara
sara egipcia
sara gitana
hija de jesús
hija de maría magdalena
salvada del mar salvaje
pasajera de la barca solitaria
venerada niña francesa
sangre del cáliz guardado
heredera de la iglesia
y del vaticano enjoyado
aquí
te recordamos

Santa sara egipcia
jinete alegre
que sanas niños
con las manos de tu padre

Santa sara
madre de reyes
tesoro de los templarios,
regresa.
Danos la paz que nos quitó
la ira de pablo
la iglesia del césar
el fuego del papa.

Ven, sara, hija de cristo!

martes, 5 de julio de 2005

cómo dar la bienvenida a la diosa


¿Cómo puedo dar la bienvenida a la diosa? Desde que rechazé definitivamente el catolicismo, me lo he preguntado. Mi primer acercamiento fue a través de la antropología feminista. Lorena Ríos me invitó a algunos rituales para dar la bienvenida a las estaciones, pero siempre me sentí vacío de emociones. Así, la diosa durmió un buen tiempo.

Ya desde las reflexiones del movimiento de liberación de las minorías sexuales, estaba claro que el cambio a una mayor tolerancia, implicaba cambios culturales. Me figuré que una cultura centrada en simbolismos femeninos, podría dar cabida a la diversidad sexual, por oposición al androcentrismo. Sin embargo, la militancia política no puede dar contenidos místicos a la vida.

Ahora creo que la diosa, no puede surgir desde la nada. No puede surgir desde la recreación de rituales paganos precristianos o de rituales indígenas o de lo que imaginamos que hacían las llamadas brujas de la Edad Media.

A pesar que he renegado del catolicismo, mi visión de vida, hasta en mis concepciones de lo que debe ser el amor romántico, está impregnada por la ritualidad católica. Esa debía ser, entonces, el sustrato desde donde hacer surgir a la diosa.

Pero, ¿cómo hacerlo? Hasta el momento, creo que la respuesta está en hacer nacer de nuevo a María Magdalena. Colocarla al lado de Cristo. Celebrar a los esposos sagrados. Esta visión me ha dado esperanzas, porque la papisa es una enorme metáfora de transformación, de espacios, de diversidad.

"No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme", dice el ritual católico. Eso es lo que le dijo ahora a la Magdalena.