miércoles, 6 de julio de 2005

madre, hija y esposos sagrados (1)

Si tú fuiste la esposa
- me alegro.
Si tú fuiste discípula
- me regocijo.
Serías la nueva madre de la iglesia.
Serías la nueva iglesia.
Los sacerdotes se casarían contigo
- las papisas
celebrarían el día de tu boda
con las campanas de Roma,
- tú me darías un lugar
en el jardín,
- tú no traicionarías al Cristo
que murió amándote.

María Magdalena
llena eres de gracia
Jesús está contigo
bendita eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto
de tu vientre
y benditas son tus lágrimas
de exilio
y benditas tus palabras
quemadas y despreciadas.

María Magdalena, esposa de dios,
vela por nosotros ahora
y hasta la hora de tu regreso
amén.

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