sábado, 29 de marzo de 2008

Resurrección

Es esta palabra que me invita el maestro.
Es esta palabra con que me amortaja.
Es esta palabra en que me deja solo tras la piedra,
y tengo miedo y las llamas me dicen:
Esta zarza arde para quemarte duro,
para dejarte por fin descalzo.
Y deseo que tengas miedo,
porque siempre va a estar solo,
porque siempre serás el niño solo en el Jardín.

Pero esta es la palabra que me invita el maestro.
El rabí me dice:
Las cenizas arman un desierto con un camino
de cuarenta noches,
de putos sagrados, cuidades imperiales,
y casas hechas de pan.
¿Es eso lo que quieres, amigo?
¿Es eso lo que deben quemar las llamas?

Es esta palabra que me invita el maestro.
La palabra con que me une a mi madre,
a mi padre tranquilo como montaña.
Y yo digo entonces: YO QUIERO.
Yo quiero el Jardín en que dormimos desnudos,
el vino de Canaán,
la manzana que mordemos felices,
el ciervo que no huye porque está herido,
la luz del Espíritu Santo que es mujer y hermana.

Es esta palabra que me invita el maestro.
Yo quiero que te levantes.
Yo quiero que seas el esposo.
Yo quiero que seas el apóstol.
Yo quiero que seas fértil como la liebre,
y perfecto como el huevo de Pascua.

Es esta la palabra que me invita mi maestro:
Levántate, camina, tú eres mi bien amado.

martes, 18 de marzo de 2008

Corintios 1:13

Puedo cerrar aquí esta secuencia de poemas. Están dedicados a tres personas. Lo bueno es que me motivaron a retomar la retórica del esposo. Es el arquetipo que toma la forma Cristo. Yo soy el personaje que pasa por un propio via crucis, que es la más grande metáfora de la salvación personal. La muerte y la resurrección son simbólicas. Son como La Muerte y La Torre en las cartas del Tarot. Es una esperanza. Es pensar que las propias transformaciones pueden llevarme a ese estado en que dejo de ser pobre, y puedo entregar agua y alimento desde mis manos. Edén, le llaman. El Reino de Este Mundo. La Nueva Jerusalén. Yo mismo transmigrado en Esposo y Cristo. Amén.

Oración de Getsemaní

dedicado a j.c.l.

Cuando me aventuro solo
en mi pieza y entro al jardín
silencioso de olivos,
confío en encontrarte a pesar de estar
todos dormidos.
En este lugar de oraciones temblorosas
no pido que apartes esta copa.
La bebo completa mientras estrecho tu espalda.
Y podrán mis amigos sacar las espadas,
pero yo te sonrío y espero tu beso,
con que me traicionas
y me raptas a esa vida,
en que tu risa llena el jardín,
y las mujeres nos encuentran en domingo
resucitados como hermanos.

sábado, 15 de marzo de 2008

Qui salvandos salvas gratis

Dedicado a j.c.l.

Yo predico con lágrimas que son torrente,
que es agua que escapa y cae sobre mi cara.
Yo predico esta pena que es humedad oscura.
Y por eso pido perdón:
Pido perdón por estar solo.
Pido perdón por hablar solo.
Pido perdón por esperarte.
Pido perdón por ser cristo muerto.
Pido perdón por ser puta y niño dormido.

Yo te amo por mi gracia
Por mi gracia yo me salvo

Entre sábanas paso cuarenta días,
con demonios que follan dormidos.
Paso los cuarenta días sudando, besando, lamiendo:
hostias saladas, entrepierna ácida, bocas que se rechazan.
“No sólo de pan vive el hombre”, me dicen.
Y yo les respondo: “No me quites el pan de cada día”.

Yo te amo por mi gracia
Por mi gracia yo me salvo

Y en esta iluminación en que Cristo es mi esposo,
en esta plegaria que se enreda en mi frente como flores de boda,
en esta soledad que se abre como camino a Jerusalén,
yo dudo.
Yo dudo y la fe brota como leche en el desierto.
Y Cristo dice con mi voz de niña: “En la duda
está la fe, dudando crees en mí,
sigue en la duda que enciende la llama
sobre tu cabeza,
y espera con calma como en Pentecostés”.

Yo te amo por mi gracia
Por mi gracia yo me salvo


Yo soy el señor, yo soy el bien amado,
felices los invitados a esta cena:
en que las llamas limpian las bocas
y el vino humedece las palabras.

Yo te amo por mi gracia
Por mi gracia yo me salvo