miércoles, 22 de junio de 2011

ecclesiam meam

señora silenciosa que apareces con la marea
--que te recoges
--que te vuelves sobre la arena ---callada,
abres la boca así como das un paso y lo quitas,
tu voz viene profunda de las olas
y se funde en cristal delgado en la orilla
qué dices, señora,
el paisaje me deja sordo, el horizonte parece cortar tus pies,
me hablas como los animales, como las aves suspendidas,
como los peces húmedos que friccionan tus tobillos,
tu voz me deja ciego, señora,
aprovechas para huir como niña o un caballo,
como la Sara de manos cristianas,
te ríes
alegre como la marejada más violenta,
como machos con hombros de agua rompiendo las rocas,
me haces temblar
me remeces como amante, como coito, como esposo,
qué me dices, señora,
¿que eres múltiple como mis dedos y mis llantos?
¿que estás aburrida de mi nombre?
¿que te cansas de mi cuerpo abandonado en la playa?
te sientas a mi lado y le das un descanso al mar,
tienes paciencia por los siglos de los siglos
amén,
me dices, ubi ecclesiam meam
niño perdido, ubi ecclesiam meam
partes y te burlas de mí porque estoy solo,
no sé, señora, no sé dónde está tu eclesia,

1 comentario:

Diego A. Tejada Gamboa dijo...

Me recuerdas a los clásicos en algunos versos. Saludos.-