lunes, 6 de marzo de 2006

La Montaña Quebrada


Ver la película Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) fue una experiencia dolorosa y a la vez constructiva como una fábula. Me imagino que si los protagonistas hubieran sido dos mujeres o un hombre y una mujer, el impacto habría sido el mismo. Me toca el amor mudo, trancado, que sólo puede salir en los abrazos que parecen golpes contenidos. Me toca el amor que perdura, culpable, después de la muerte. Me toca la soledad que no tiene salida. Eso es lo que me causó dolor: la cobardía de no aceptar que la vida sólo puede ser plena con tu esposo (o esposa), a pesar de todas las excusas que dan la exclusión, la discriminación y el odio. Yo no quiero morir mirando una camisa manchada con sangre y una postal de la Montaña de Lomo Quebrado.

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