lunes, 6 de marzo de 2006

De Jack a Ennis

Torpes son tus besos
como animal solitario.
Torpes son tus abrazos
como golpes contenidos.
Pero aquí estamos
en esta montaña
que tiene el lomo roto,
como caderas
como nuestras caderas.

Si te beso, Ennis,
es porque somos hombres.
Si me abandonas
es porque me amas.
Es esta la comida
para los hombres divorciados
de la vida.
La comida que había en tu pecho,
que había en mi espalda,
en la noche helada
en que te convertiste en mi esposo.

No te preocupes ni llores.
Iremos a la montaña
de nuevo a encontrarnos.
Porque allí estaremos desnudos
como niños
y la muerte será una risa
entre los caballos salvajes.
Porque te amo, Ennis,
y en mis brazos siempre habrá peces
para alimentar tu vejez
de vaquero, de vuido,
de hombre enmudecido.

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