del mismo modo que comía la boca
que siempre me negabas,
del mismo modo que mis brazos no alcanzaban
para el mundo en tus espaldas,
del mismo modo que tus piernas
me apresaban en las noches dormidas y violentas,
así es que ---no tengo nada que decirte---
porque mis palabras ahora son piel oscura
extendida sobre mi cabeza
---como alas---
y no pasan de la garganta
como garras que se despedazan
vanamente en herirme
esa es la herencia de tus maldiciones:
el demonio que me vela
---noche y día---
que no me desampara ---noche y día---
dulce compañía
que me aparta de ti
con la afasia de niños violados
así es que ---no tengo nada que decirte---
porque nos negaste
el paraíso del perdón
el paraíso de las espadas que cercan el edén
la boda
que las niñas llaman reconciliación
eso que es para novios
y no para leprosos
que es para familias sagradas
y madres que amamantan
no para ti, que me odias
no para mi, que te odio.-
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