miércoles, 19 de junio de 2013

Abandono esta casa










[1] Adiós
le digo a esta casa y a ti también---
adiós a los pasos---
a mi boca sobre tu espalda.
¿Puedo despedirme de esta casa
como me despido de ti---
con los labios o la mejilla?
El niño agita la mano.
El hombre da la espalda.
El amante recoge las lágrimas con las manos crispadas.
A las personas se les dice adiós con el cuerpo,
¿con qué me despido de esta casa?

[2] Porque puedo dejar atrás al paisaje,
al mar,
al árbol,
puedo no verlos ni tocarlos
ni llamarlos por su nombre---
pero esta casa la llevo,
la cargo,
la llamo en silencio y en amanecer---
la nombro con la extensión de tu espalda de soldado,
de tu boca como puño,
de tus ojos como infiernos---
Al paisaje lo abandono y es simple,
a ti te abandono y es justo,
¿pero cómo abandono esta casa?
¿cómo me abandono?

[3] Adiós
niño de sangre
Adiós
asesino de niños
Adiós
muros rojos
Adiós
Jaime
Adiós
niño de llanto
Adiós
niño muerto
Adiós
muros blancos
Adiós
Francisco
Adiós
dormitorio que tiembla
Adiós
comedor de hambruna
Adiós
sillones de horror
Adiós
ventanas tapiadas
Adiós
gritos en alacenas
Adiós
cama de putos
Adiós
Jaime y Francisco.

sábado, 8 de junio de 2013

llanto//

lloro por muchas cosas,
casi siempre como los tullidos,
a medias, vergonzosamente,
pocas veces en público,
autoconmiserativamente,
como las putas,
en silencio, sin mojar la cara,
agarrando la cara ---la miseria,
que puja en las costillas sin salir,
porque no soporto
esos gemidos de niño, de loca,
de hombre que no ha aprendido a llorar.

lloro por muchas cosas
y eso es lo que le digo a Cristo o a mi madre,
que lloro porque tengo un mar podrido
dentro las costillas,
que embate como náusea
que se refriega como pánico
que me odia
porque no hay buen tiempo
para desangrarme por los ojos
para vaciarme
para dejar las rocas mal olientes al aire
y yo pueda recorrerlas
torpemente
para juntar conchas
y dejarlas en la toalla
donde mi madre toma el sol.