Te vas sin despedirte
pero escucho tu aullido
desde el cerro pelado junto al mar.
La luna gigante
ata y desata mareas.
Tú te subes en la ola del tsunami
y aullas más fuerte.
Qué me dices:
las cárceles tienen puertas,
hay llaves en la muchedumbre.
Por eso, yo te digo:
revienta en mis pies,
no te demores.
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Por eso, yo te digo:
revienta en mis pies,
no te demores.
Estos versos me han encantado. saludos.
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