Arranco mis sábanas y flamean
y mi pieza fulge con el amanecer
el infierno me deja desnudo pero no ciego
digo las palabras para que la cama arda
porque así lo merece tu torso de cobre
suave velludo áspero bajo mi boca
Dejas las sábanas como orilla de lago
ondean los rastros de tus pasos
descansan en mi boca y me ahogan levemente
mi frente se vuelve luna; mis palabras, muerte
Pero
en la penumbra las mujeres bautizan velas
las bendicen con mi nombre
las acunan en miel y canela
mi pieza se vuelve concreta de nuevo
y estoy yo y las paredes blancas,
mi boca vuelve a llenarse de Cristo
porque quedaste atrás, bestia,
porque sé que mi amante---
porque sé que mi redentor vive.-
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