Compositores de todas las épocas han creado música para la misa católica. Estas obras tienen cinco piezas: kirye, gloria, credo, sanctus y agnus dei. ¿Cómo hubieran sido escritas esas oraciones sin el genocidio gnóstico? ¿Cómo hubiera cantado la misa a Mariamne? ¿Por qué pienso en eso estas noches? La razón es una sola: el final del gloria de la misa en sí menor de Bach: cum sancto spíritu in gloria dei patris amen.
Cristo amante es una colección de poemas centrados en la exploración homoerótica, herética y pagana del cristianismo y de la liturgia romana. Cristo amante es el esposo y, por lo tanto, la salvación no mediada, el fuego siempre ardiente y el agua siempre fresca. Cristo amante es el antiguo Cristo de los gnósticos y de las desaparecidas sacerdotisas cristianas.
martes, 28 de junio de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
ecclesiam meam
señora silenciosa que apareces con la marea
--que te recoges
--que te vuelves sobre la arena ---callada,
abres la boca así como das un paso y lo quitas,
tu voz viene profunda de las olas
y se funde en cristal delgado en la orilla
qué dices, señora,
el paisaje me deja sordo, el horizonte parece cortar tus pies,
me hablas como los animales, como las aves suspendidas,
como los peces húmedos que friccionan tus tobillos,
tu voz me deja ciego, señora,
aprovechas para huir como niña o un caballo,
como la Sara de manos cristianas,
te ríes
alegre como la marejada más violenta,
como machos con hombros de agua rompiendo las rocas,
me haces temblar
me remeces como amante, como coito, como esposo,
qué me dices, señora,
¿que eres múltiple como mis dedos y mis llantos?
¿que estás aburrida de mi nombre?
¿que te cansas de mi cuerpo abandonado en la playa?
te sientas a mi lado y le das un descanso al mar,
tienes paciencia por los siglos de los siglos
amén,
me dices, ubi ecclesiam meam
niño perdido, ubi ecclesiam meam
partes y te burlas de mí porque estoy solo,
no sé, señora, no sé dónde está tu eclesia,
--que te recoges
--que te vuelves sobre la arena ---callada,
abres la boca así como das un paso y lo quitas,
tu voz viene profunda de las olas
y se funde en cristal delgado en la orilla
qué dices, señora,
el paisaje me deja sordo, el horizonte parece cortar tus pies,
me hablas como los animales, como las aves suspendidas,
como los peces húmedos que friccionan tus tobillos,
tu voz me deja ciego, señora,
aprovechas para huir como niña o un caballo,
como la Sara de manos cristianas,
te ríes
alegre como la marejada más violenta,
como machos con hombros de agua rompiendo las rocas,
me haces temblar
me remeces como amante, como coito, como esposo,
qué me dices, señora,
¿que eres múltiple como mis dedos y mis llantos?
¿que estás aburrida de mi nombre?
¿que te cansas de mi cuerpo abandonado en la playa?
te sientas a mi lado y le das un descanso al mar,
tienes paciencia por los siglos de los siglos
amén,
me dices, ubi ecclesiam meam
niño perdido, ubi ecclesiam meam
partes y te burlas de mí porque estoy solo,
no sé, señora, no sé dónde está tu eclesia,
Suscribirse a:
Entradas (Atom)