dedicado a M.M.
No te engañes, cuando estamos desnudos,
somos niños.
Somos los que eligen la cadera infértil,
en ella derramamos el angelus,
en ella somos hombres cegados por la luna,
en ella reclamamos el beso del hermano.
No te engañes, cuando estamos desnudos,
somos niños.
Queda que me des la mano bajo los olivos,
queda que en este jardín estemos en silencio,
porque hay lugar para los amantes,
silencioso como apóstoles y árboles añosos.
No te engañes, cuando estamos desnudos,
somos niños.
Cuando nos besamos, nos traicionamos,
porque el dolor de orfanato nos enfurece,
y a pesar de la miseria, la diosa nos sonríe,
y pregunta nuestros nombres
y descubre nuestros rostros.
No te engañes, cuando estamos desnudos,
somos niños.
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