sábado, 1 de octubre de 2005

madre, hija y esposos sagrados (3)

Yo dejo de besar a Cristo
para que tú lo beses,
María.
Te dejo mi cama tendida
para que tú la uses,
María.
Quiero que lo tomes de la mano
bajo todas las catedrales.
Quiero que pierdan los rostros
y tomen los rostros
de los esposos sagrados.

Ya sea que tu casa
haya estado en Magdala o Betania,
quiero que tomes a Cristo
como el joven novio
de todas las mujeres
de todos los hombres

1 comentario:

Ferran Caballero dijo...

Me parece una verguenza que pocos creientes que parece que quedais promovais la bisexualidad y el libertinaje sexual de esta manera jugando con palabras i nombres sagrados. Espero una rectificación para mayor gloria de Cristo y sus seguidores.