Te invoco porque es necesario que nos conozcamos.
Te invoco porque es necesario que seamos felices.
Te invoco porque nos hemos esperado ya mucho tiempo.
Te invoco como Cristo a su esposa de Betania.
Te invoco como los besos de María Magdalena.
Te invoco sosteniendo en mis manos las lágrimas de adolescente.
Te invoco con la soledad a puertas abiertas.
Te invoco con la muerte a cuestas como niño abrazado a su padre.
Te invoco con la boca usada y la cama revuelta.
Te invoco con la mirada que reemplaza rezos, rodillas dobladas y rosarios.
Te invoco porque es necesario amar.
Te invoco porque ya te imaginé demasiado.
Te invoco porque agoté las excusas para la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario