En américa,
coloco mi anillo
en tu verga,
que es donde pertenece.
Ningún jinete
del terror,
ningún soldado de fatalidad,
se lanzará en picada
ni nos hará separar.
Están muy ocupados
saqueando la tierra,
como para vigilarnos.
No saben
que nos necesitamos
críticamente.
Esperan que nos llamemos en enfermedad,
que miremos televisión toda la noche,
que muramos por nuestra propia mano.
No saben
que nos volvemos poderosos.
Cada vez que nos besamos
confirmamos la llegada del nuevo mundo.
Lo que la rosa murmura
antes de florecer,
te lo prometo.
Te doy mi corazón,
una casa segura.
No te doy más promesa que
leche, miel, libertad,
porque asumo que siempre
serás un hombre libre con un sueño.
En américa,
coloco mi anillo
en tu verga,
que es donde pertenece.
Que tengamos una larga vida
para liberar este sueño