lunes, 22 de marzo de 2010

Cristo y el dios furioso



Para los antiguos cristianos gnósticos el dios del Antiguo Testamento, furioso, vengativo, guerrero, celoso, era un dios falso, el demiurgo, que explicaba todo el mal que existía en este mundo. Para ellos, Cristo y la diosa Sabiduría (gnosis), eran los enviados del verdadero dios/diosa y señalaban el camino hacia la salvación. Los cristianos gnósticos, exterminados por la iglesia católica medieval, pensaban que, por lo mismo, la salvación estaba en el conocimiento intuitivo de ese camino personal. Ellos creían que esa semilla pequeña de sabiduría nos convertía a todos en dioses y diosas.

En la exposición escultórica de Kika Cisternas, en Arica-Chile, coloqué esta frase en su instalación, llena de imágenes regordetas de la diosa alada: [Hay que puro echarse a volar...] de quienes han convertido a Cristo en el hijo del dios furioso del desierto... Esta entrada en mi blog es sólo para explicar el sentido de este aporte que, en realidad, encierra muchos más pensamientos.