dedicado a M.M.
Porque la llama de Pentecostés
no sólo debe esperarse con la frente baja,
porque la llama debe querer el prado
y no tener piedad con la hierba seca,
la llama de Pentecostés debe herir como demonios y
como las espadas que cierran el Jardín,
porque la llama debe limpiar
mientras cierras los ojos y te colma el espíritu santo,
porque el beso de Cristo es doloroso
y es un holocausto que arrasa con miserias
y niños con miedo,
sólo así la llama coronará tu cabeza
y tus pies y tu pubis,
sólo así tus manos serían agua y tus besos,
agua de lluvia, fría y transparente,
porque en el Jardín yo he de sumergirme
para que las mujeres liberen palabras
sobre mi cabeza,
ella diría mi nombre y también el tuyo:
“Ve y búscalo en el desierto
“Ve y encuéntralo sediento
“Ve y ofrécele agua
“Porque él es tu esposo,
y en tu cabeza estará la llama
y tus pasos serán húmedos sobre la tierra,
yo haré una corona
y tu cabeza estará coronada de flores rojas,
porque para esto clamé tu nombre en el desierto,
para que me corones con flores blancas,
como tus caderas,
para que me beses como Cristo
y adelantes aquí en la Tierra nuestra muerte
porque en nuestros cuerpos está el Paraíso.
Porque la llama de Pentecostés
no sólo debe esperarse con la frente baja,
porque la llama debe querer el prado
y no tener piedad con la hierba seca,
la llama de Pentecostés debe herir como demonios y
como las espadas que cierran el Jardín,
porque la llama debe limpiar
mientras cierras los ojos y te colma el espíritu santo,
porque el beso de Cristo es doloroso
y es un holocausto que arrasa con miserias
y niños con miedo,
sólo así la llama coronará tu cabeza
y tus pies y tu pubis,
sólo así tus manos serían agua y tus besos,
agua de lluvia, fría y transparente,
porque en el Jardín yo he de sumergirme
para que las mujeres liberen palabras
sobre mi cabeza,
ella diría mi nombre y también el tuyo:
“Ve y búscalo en el desierto
“Ve y encuéntralo sediento
“Ve y ofrécele agua
“Porque él es tu esposo,
y en tu cabeza estará la llama
y tus pasos serán húmedos sobre la tierra,
yo haré una corona
y tu cabeza estará coronada de flores rojas,
porque para esto clamé tu nombre en el desierto,
para que me corones con flores blancas,
como tus caderas,
para que me beses como Cristo
y adelantes aquí en la Tierra nuestra muerte
porque en nuestros cuerpos está el Paraíso.